¿Te ofendo por sinceridad o te miento por educación?
Pensar. No parar de hacerlo. En
lo que has hecho, lo que tendrás que hacer, en lo que pudiste hacer. Imaginar,
dar vueltas y vueltas, una y otra vez a lo mismo. Esas últimas palabras. Las
que cambiaron todo o esa es tu opinión.
Una opinión que a veces es mejor
no darla. Mejor morderse la lengua. Mejor respirar hondo y contar hasta tres. O
cinco. O diez. Quizá, lo suficiente para tragarte esa idea que estropearía todo
una vez más. Pero llevas tragándote tantas cosas. Tantos pensamientos. Tantas
opiniones…
La gente pide sinceridad,
espontaneidad, naturalidad; que les digas las cosas a la cara, que digas lo que
pienses en cada momento. De ellos, de otros, de ti. Sin embargo, a la hora de
la verdad, se echan atrás. Prefieren (preferimos) mentir por educación que
ofender por sinceridad. A amigos, familia, conocidos. Todo el mundo busca la
sinceridad en sus seres queridos. Todos dicen eso de: “Dime la verdad por muy
dolorosa que sea” o cosas así.
Y luego están los que se
arrepienten de dar esa opinión, de ser sinceros. De ser, al fin y al cabo, como
son. De ser espontáneo, de bromear sin avisar de cuando vas a hacerlo. Los que
creen que por haber dicho tal comentario, has perdido esa amistad que te rogaba
que fueras sincero, que le contaras hasta la última novedad, que confiaras en
él.
Esta sociedad, en ocasiones
hipócrita, que dice que ser sincero es una gran cualidad. Y no digo lo
contrario, pero debería ser en todos los sentidos. Que los que piden confianza,
claridad, la otorguen y tengan las suficientes agallas para tragarse el orgullo
cuando las opiniones sobre ellos no sean las mejores.
Mientras, algunos, intentarán
ser, en algunas ocasiones, menos sinceros. Por las consecuencias que pueda
traer. Se morderá la lengua hasta sangrar incluso con aquellos que piden
constantemente confianza y sinceridad. Los cuales, a veces, son los que menos
lo demuestran.
Muchas y que amigas son así.Te dicen que seas sincera y se molestan cuando decides serlo.Terminan hasta odiandote y Te creen su enemiga...
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