El mundo en pausa

      Hay una canción de Izal que dice algo así como ‘Yo solo pido pausa, tú rebobinar’ y parece que encaja perfectamente en estos días que estamos viviendo. Nos piden que apretemos el botón de ‘Pause’ de nuestro ritmo de vida, que nos quedemos en casa ante la situación excepcional que estamos viviendo. Y lo único que podemos hacer desde nuestra posición es rebobinar, volver a los recuerdos de los días previos, del mes anterior o del verano pasado. Nos queda el consuelo de que si todo sale bien volveremos a darle al ‘Play’ y el recuerdo, entonces, serán estas semanas.

      El mundo está en silencio, parado, aguantando la respiración ante los acontecimientos. Nos ha tocado frenar, posponer planes, viajes, salidas, eventos, abrazos. Es el momento de refugiarse en casa, de vernos todas las series pendientes, de encontrar nuevos hobbies, de tener paciencia.

       Y es que quien nos iba a decir a nosotros que aquel beso era el último que íbamos a dar, o que aquellas cañas se iban a posponer tanto. Quien nos iba a decir que echaríamos de menos tantas cosas y a tantas personas. Así que supongo que será un tiempo de descubrimiento, de sumergirse en nuestro yo más profundo, de mirarnos por dentro, de pensar. Nunca viene mal darse estos momentos y ahora la vida, para bien o para mal, nos ha regalado uno de esos.

      Asimismo, será un tiempo de reflexión, de apreciar los pequeños detalles que son los que realmente ahora mismo echamos de menos. Las conversaciones cara a cara, los ‘te quiero’ susurrados al oído, la libertad de poder ir donde quieras, cuando quieras y con quien quieras, los besos.

    Creo de verdad, que todos estos días y estas semanas, que ya empiezan a pesar, nos servirán para todo esto y mucho más. Ojalá que todos los movimientos que se están creando, la visibilización que están teniendo muchos sectores, la solidaridad que parece existir en la sociedad, los aplausos y reconocimientos, no se queden en eso y sigamos siendo conscientes de todo esto una vez nuestra vida vuelva a la normalidad. 

      Ojalá todo esto nos haga mejores personas de algún modo, y volvamos a las salidas de fin de semana, a los viajes a cualquier otra parte, a llenar las calles de ruido, de risas y abrazos. Ojalá que volvamos a vivir como antes. O, mejor dicho, como nunca.

Comentarios

Entradas populares