Ya he perdido la cuenta

Un lucha interna entre tu verdadero yo, el que pretendes reflejar y el que en realidad representas. A veces una marioneta que interpreta un papel que no le corresponde, manejada por dos manos y cuatro hilos desgastados. Las reacciones, la verdad y la mentira, la desnudez del alma, el 'yo' más profundo. El carácter, las opiniones, los gustos. Todo predeterminado, como las opciones de un televisor que no modificas por simple pereza, por costumbre. El despertar, la luz, la acción, tu obra, tu vida. La búsqueda incansable, la ilusión y la alegría de los comienzos. Otra vez, Ya he perdido la cuenta. Quién soy, qué tengo, qué quiero. Con qué sigo, qué tiro, qué modifico.
Y luego estás tú, que me agarras la sonrisa tan fuerte que me es imposible volver sobre mis gestos. Tú que eres como esa canción que no sabía que llevaba en mi dispositivo y que me alegra el trayecto. Tú y nuestro cruce de miradas inesperado, ese no sé qué que sé muy bien qué significa. Tú y tus números de más cuando me cuentas los lunares y te pierdes, y vuelves a empezar porque no tienes otra cosa que hacer ni yo que hagas.
Y así el mundo patasarriba. Una búsqueda constante de un yo que a lo mejor hace mucho tiempo que encontraste pero que no te atreves a sacarlo, a mostrarlo. Un yo que solo unos pocos se han atrevido a descubrir y ¡qué bien!
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