Lo bueno por conocer

Resultado de imagen de amanecerQuizá no se la más indicada para hablar de relaciones pero siempre me he considerado una persona observadora. Observadora y paciente cuando alguien te abre su corazón para hablarte de él/ella y de su situación sentimental.
Últimamente he podido comprobar algunas situaciones de ese estilo y la conclusión a la que he podido llegar es que nos complicamos la vida demasiado. Y digo nos, porque yo también he tenido épocas de marear la perdiz. Pero es que a veces no sabemos vivir, nos atascamos en un tramo del camino y no avanzamos, seguimos mirando hacia atrás.
Creo que las personas tenemos un límite que no siempre sabemos encontrar y nos aferramos a lo malo conocido cuando siempre (bueno, digamos casi siempre) es mejor lo bueno por conocer. Y no, no me he hecho un lío con el refrán.
He tenido la oportunidad de clasificar la cantidad de cosas que hacemos por alguien contra las cosas que ese alguien hace por nosotros y, aquí sí que sí, siempre, están desequilibradas. Claro, luego nos arrepentimos, nos enfadamos, no queremos volver a saber nada más de ese 'alguien' y decidimos (por lo menos en ese momento) seguir hacia delante. Dejarnos de piedras y giros de cuello.
Sin embargo, el viento vuelve a soplar a tus espaldas y trae ráfagas de ese pasado que has decidido, o eso parece, dejar atrás. Y es un aire dulzón, tramposo, con efectos secundarios graves: la amnesia, que provocan retroceder sobre nuestros pasos, drogados, medicados.
Así que la única reflexión que extraigo de estas experiencias es que nos gusta la piedra, el camino, los árboles. Que estamos enamorados del paisaje, de la puesta de sol, y nos da miedo adentrarnos en la noche, sin saber que los amaneceres traen consigo un día nuevo.

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