Amanecer
Y volvernos a casa con los labios secos y la mirada vacía.
Pensar en no pensar, olvidar y dar vueltas. Muchas.
Que se remuevan los recuerdos,
que se mareen los sentimientos.
Que ni sienta ni pad(r)ezca.
Hablar sola de camino a casa, con las primeras luces del domingo de cara.
Cuando no eres de nadie,
cuando solo quieres hundir tu cuerpo entre las sábanas,
esas que jugaron con nosotros,
esas que nos hicieron un lío en la cabeza
y un nudo en el corazón.
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