Como tú

Como ver fotografías de niña, como beber café, como brindar con champán sin tragarte el anillo, como dar vueltas en la cama y enrredarte con las sábanas. Como un beso a traición, como rizarte el pelo y meter los dedos entre los rizos. Como posar para la foto, como forzar la sonrisa, como el aire en la cara, como ese mechón atascado en tus labios rojos.

Como un libro frente al fuego, como los calcetines en los pies. Siempre. Como una conversación en la terraza una noche de verano, como las madrugadas diciendo tonterías, y la chaqueta de alguien en tus hombres. Como el cubata en tus pies todas las fiestas, como las cosquillas en los pies o en cualquier otra parte, como el gato mordiendo tus dedos, como tu película favorita otra vez en la televisión.

Como el olor a lavanda y a libros viejos, como aprender palabras nuevas, como conocer gente diferente, como discutir de política, como volverte un poco más friki de lo que quisieras. Como la tarta de chocolate, como el helado de chocolate, me repito. El bocata de jamón tras horas andando, como alcanzar la cima y gritar, como los churros y el chocolate (mira otra vez me repito) a las 8 de la mañana. Regalo de los dioses, en definitiva. 

Como estrenar ropa, excepto zapatos, que siempre rozan. Como oír su voz, como aprobar un examen, como andar descalza, por la playa. Como dormir en la arena y que ésta acabe en partes inimaginables (desgraciadamente), como tomar el sol, como hacer el idiota con ellos, como colarte en el tren, como saltarte un semáforo, correr y reír.

Como... la vida misma. Los nervios y la adrenalina recorriendo tus músculos, encogiendo tu estómago, las conexiones entre las neuronas, a mil por hora, la voz saliendo de tu garganta. Pues eso, la vida, TU VIDA.