Cesa de definirte

'Cesa de definirte: concédete todas las posibilidades de ser, cambia de camino cuantas veces sea necesario'. Alejandro Jodorowsky.
Este puede ser un buen lema de vida, una buena forma de afrontar lo que tienes y lo que te queda por vivir. ¿Por qué hay que conformarse con lo que tienes, con lo que conoces? Por qué no vamos más allá, a aquellos lugares a los que nunca hemos viajado, a probar nuevos sabores, especias y platos, aprender nuevos pasos de baile, caerte, saber qué te gusta y qué no. Decidir, descartar.
Aprender a decir 'te quiero' en varios idiomas, descubrir nuevas culturas, costumbres, ropas. Experimentar todo lo que quieras, probar y com-probar que todo no es blanco o negro, que todo en la vida no es sí o no, me quedo contigo o te dejo. Que la vida en sí, es complicada. Demasiado. Y así tendríamos que quererla. Los seres humanos somos complicados, diferentes, peculiares, raros, extravagantes incluso. Ni nosotros mismos nos entendemos, ni los demás entienden nuestras decisiones.
El destino nos conecta con ciertas personas, personas que aparecen en la vida de las demás en momentos diferentes y quizá no sea el momento adecuado, correcto. Por inmensidad de razones. Toca pensar en ti otra vez, en saber que no quieres anclarte en ese rato, quieres ver qué más tiene que mostrarte la vida, y decidir, y bifurcar el camino elegido. Probar todas las opciones, todas las posibilidades. Y pasar frío en Berlin, mojarte en Londres, comer con palillos en el centro de Pekin y entender el árabe. Conocer a un friki, salir a correr. Vivir solo, ser egoísta, y amable y después otra vez borde o antipática. ¿Dónde te sientes más a gusto? ¿Qué necesitas para ser feliz? Pero eso nadie puede saberlo. Hoy quizá una cosa y mañana otra. Exploremos, vivamos, amemos, soñemos, luchemos, lloremos y equivoquémonos, porque no.