Niebla

Supersubmarina sonando en tus oídos. La música pasaba a través de los aurículares. La mirada perdida en el exterior. El tren viajaba a toda velocidad y apenas podían vislumbrarse algunas fábricas, las montañas y la niebla que se extendía más allá de lo que tu vista podía alcanzar.  

Una vieja carpeta, la misma que ha recorrido junto a ti todas esas vías durante esos años, descansa sobre tus vaqueros oscuros. No puedes apartar la mirada de fuera. Quizá esperes que algo pase, que la niebla se mantenga. Y es que te gustan tanto estos días lluviosos en los que no llueve, tristes en los que no lloras. Días de esos que te dan ganas de pasear por tiempo ilimitado bajo esa humedad, con el paraguas abierto, ocultando tu rostro, como si nadie te conociera. Y es que sólo te fijas en los zapatos, deportivas, botas, su paso acelerado, los tropezones contra el bordillo, el nerviosismo ante ese gran escaparate.

La niebla me parece fascinante. Sólo te deja ver una parte, la parte de la calle que a ella le da la gana mostrar y el resto lo deja a tu imaginación. Mantiene el misterio de qué habrá más allá, cuando llegues a aquella esquina y tengas que seguir caminando. Similar a la vida, al destino, supongo. Vas viviendo paso a paso, encontrándote zapatos, tropezones, baldosas que te calan hasta los huesos, sin apreciar, muchas veces, que lo importante está en los ojos. El brillo de esos ojos azules que te miran al pasar a tu lado, de aquellos ojos que bajan la mirada por temor a seguir manteniendo el contacto. Niebla, cuantas cosas nos das y cuantas nos quitas, por suerte o por desgracia. A veces ese interés por mirar más allá es más fuerte que el interés por mirar al suelo y no calarte ese bonito pantalón con ese charco tan inoportuno en mitad de la acera. Pero es que más allá de la niebla y la lluvia que comienza a calar puede estar el sol, un café recién preparado o quién sabe.

"Próxima parada, Alcalá de Henares. Correspondencia con Línea C-7 de Cercanías". La inoportuna voz del vagón interrumpe tus pensamientos. Agarras tu carpeta y continúas tu camino, te metes en la niebla y sonríes.

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