Un té con leche, un croissant de chocolate y la mochila de Dora la exploradora.
La línea azul oscura hasta King's Cross St. Pancras y transbordo con la línea negra hasta Angel o la línea azul oscura directamente hasta Hyde Park Corner. Y así sucesivamente. Un mapa del metro de Londres entre las manos y recorrerse las calles. Esas líneas tienen nombre, por cierto, pero así se entendía uno mejor, donde va a parar.

Y bajamos y subimos del metro, Y picamos y salimos del bus. Un ducha. La servilleta de la dedicatoria en Facebook y gritamos de la emoción, como quinceañeras. Una despedida. Pero el viaje continua para otras tres. Y vaya tres, vaya tres días. Unas sidras antes de acostarse. ¡Por nosotras!
Domingo. Nublado y lluvioso. Libros en los "charity". Descanso y preparación para nuestra primera noche de fiesta en la capital británica. Un par de cubatas en casa, un sidra en el bus, el conductor apaga el motor. Usted salga del transporte y tiré la lata que ya arrancaré yo si tal. Estación de Angel. Ni Dios por la calle. What do we do tonight? Ohhh, españoles, españoles!!! Desconocidos, sin duda, pero españoles. El taxi. Fabrik. La expulsión "por ir borracha", mis gritos al portero, mi cara de indignación. Vuelta a entrar. 12 libras, ¡Qué dolor, por favor! Estamos dentro. Y fuera. Un calabobos constante. ¿Y ahora que hacemos? A casa de los cuasi desconocidos. Me encamino a la boca del metro pero giró inmediatamente. Tengo mis razones. Mi cabreo dentro del taxi "sin licencia". Y el colacao. ¡¡Bendito colacao!! ¡Con el hambre que yo tenía! Y de regalo un croissant relleno de chocolate que me supo a gloria. Y la mañana en la cama. Viendo pasar todas las horas del reloj. De vuelta a casa. Dar explicaciones a las 4 de la tarde del día siguiente.
Experiencias. Recuerdos. Y la mochila de Dora la Exploradora siempre conmigo. Walkabout. Heaven. Esperar y esperar. Mojarse con las gotas del alba. De nuevo despedidas. Dormir profundamente y correr para coger el avión que se retrasa. El candado sin llaves, el portátil y los tiquismiquis de los funcionarios ingleses del aeropuerto. Por fin en el avión. Despegar y dulces sueños. Fin del viaje a Londres.
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