La vida no te enseña a ser fuerte, te obliga a serlo
La vida consiste en eso. Caer y levantarse. Una y otra vez. No queda más remedio que seguir adelante a pesar de las dificultades.
Vivimos en una sociedad independiente e interesada, cruel en ciertos momentos. Una sociedad que está perdiendo valores como la generosidad, la solidaridad incluso la amistad.
Siento que hoy en día no se puede confiar en nadie, que la palabra "amigo" ha perdido mucho de su significado. La gente sólo persigue sus intereses, sus objetivos, sin pensar ni tan siquiera a quién o quiénes se lleva por delante.
La gente puede llegar a ser muy mala, muy rencorosa, muy falsa. La mentalidad es no creer nada de lo que dicen los demás. La sociedad en la que vivimos nos enseña por todos los lados a mentir y engañar al de al lado, nos incita a aprender trucos y artimañas para, al fin y al cabo, sobrevivir. Y es que hoy en día reina la famosa frase de Darwin "solo sobreviven los más fuertes". O aprendes a vivir así aunque te cueste o estás perdido.
Las personas soñadoras, que viven con ilusiones puede que sean las más infelices. Y esto puede ser porque a menudo se enfrentan con la cruda realidad, con esa realidad despiadada que nada tiene que ver con sus sueños. Y sí, está bien soñar e imaginar, pero no siempre te dejan cumplir esos sueños. Para ello, quizá tienes que convertirte en alguien que no eres, no pensar en quiénes tienes al lado y únicamente perseguir esos sueños, esos objetivos, como si la vida te fuera en ello.
Toda esa gente falsa es la que hace tus ilusiones más fuertes, te hace elevarte, crees que esa gente te apoya, opina como tú y te sientes menos solo, menos fracasado. Pero cuando descubres quiénes son en realidad, la caída es fuerte, como de un octavo piso, y te cuesta levantarte y reconstruir esos sueños que acaban de romperse, esas ilusiones de sentirte amigo, confidente de alguien.
Y volver a empezar, todo el ciclo, cada vez con menos esperanzas de que en esta sociedad quede un trozo de solidaridad, un grupo de buena gente, gente genuina, de verdad.
Tonta, ya te ilusionaste sola.
Vivimos en una sociedad independiente e interesada, cruel en ciertos momentos. Una sociedad que está perdiendo valores como la generosidad, la solidaridad incluso la amistad.
Siento que hoy en día no se puede confiar en nadie, que la palabra "amigo" ha perdido mucho de su significado. La gente sólo persigue sus intereses, sus objetivos, sin pensar ni tan siquiera a quién o quiénes se lleva por delante.
La gente puede llegar a ser muy mala, muy rencorosa, muy falsa. La mentalidad es no creer nada de lo que dicen los demás. La sociedad en la que vivimos nos enseña por todos los lados a mentir y engañar al de al lado, nos incita a aprender trucos y artimañas para, al fin y al cabo, sobrevivir. Y es que hoy en día reina la famosa frase de Darwin "solo sobreviven los más fuertes". O aprendes a vivir así aunque te cueste o estás perdido.
Las personas soñadoras, que viven con ilusiones puede que sean las más infelices. Y esto puede ser porque a menudo se enfrentan con la cruda realidad, con esa realidad despiadada que nada tiene que ver con sus sueños. Y sí, está bien soñar e imaginar, pero no siempre te dejan cumplir esos sueños. Para ello, quizá tienes que convertirte en alguien que no eres, no pensar en quiénes tienes al lado y únicamente perseguir esos sueños, esos objetivos, como si la vida te fuera en ello.
Toda esa gente falsa es la que hace tus ilusiones más fuertes, te hace elevarte, crees que esa gente te apoya, opina como tú y te sientes menos solo, menos fracasado. Pero cuando descubres quiénes son en realidad, la caída es fuerte, como de un octavo piso, y te cuesta levantarte y reconstruir esos sueños que acaban de romperse, esas ilusiones de sentirte amigo, confidente de alguien.
Y volver a empezar, todo el ciclo, cada vez con menos esperanzas de que en esta sociedad quede un trozo de solidaridad, un grupo de buena gente, gente genuina, de verdad.
Tonta, ya te ilusionaste sola.
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